sábado, 16 de junio de 2012

Cementerios Históricos de Madrid

Subo esta guía inacabada sobre los cementerios históricos de Madrid porque creo que tiene interés para aquellos que tienen curiosidad histórica y política, ya que en este tema de los cementerios se desarrolla desde principios del siglo XIX un tira y afloja entre la Iglesia y el Estado que dura siglo y cuarto en el caso de Madrid.

La Guía está inacabada por la negativa de la cofradía de San Isidro para dejar hacer fotografías de los monumentos funerarios allí existentes que hubieran servido de base para su estudio artístico.

El material esta a disposición de quien quiera aprovecharlo. Podéis acceder a su consulta a través de este enlace:

http://es.scribd.com/doc/97270432

miércoles, 11 de abril de 2012

Inventario de Emisiones de Contaminación Atmosférica de Madrid

Hoy dedico esta entrada al Inventario de Emisiones de Contaminación Atmosférica de Madrid elaborado por mi para el E. Ayuntamiento de Madrid por su importancia, no solo como herramienta técnica para la ordenación de las emisiones sino también por la metodología que se utilizó en su desarrollo. En él se pueden detectar los puntos negros de concentración de contaminantes, su clase y las fuentes de emisión concretas que los integran.
La geomorfología de la ciudad y sus condiciones climáticas que están actuando en la concentración de contaminantes tiene una gran importancia para actuar en la solución de episodios que como en estos días se están produciendo en Madrid, afectando a una población totalmente desprotegida. Por esa misma razón creo que el camino que marco el tener a mano un Inventario de Emisiones de la Contaminacion Atmosférica de Madrid se debió y se debe profundizar continuando su implementación.

A continuación voy a poner los enlaces a dicho Inventario, donde podrán consultarlos, leerlos y/o descargarlos. El tercer tomo solo refleja el índice, puesto que el resto se compone de las tablas con los valores de emisión de contaminantes por cada una de las fuentes de cada cuadrícula en la que se dividió la ciudad de Madrid para realizar este trabajo. En caso de que alguien quiera consultarlo podrá dirigirse al E. Ayuntamiento de Madrid.

Cada enlace se refiere a cada tomo del propio Inventario.

http://es.scribd.com/doc/88747261


http://es.scribd.com/doc/88860163

http://es.scribd.com/doc/88860327


Un saludo.
Carlos Carrasco-Muñoz.

martes, 20 de marzo de 2012

Centrales Nucleares (2ª Parte del libro: "Introducción a una Ecología Política")

Hoy nos centramos en la segunda parte del libro escrito por mí que colgué en la entrada anterior de este blog "Introducción a una Ecología Política". En este caso planteo el tema de las Centrales Nucleares cuyo desarrollo en origen lo llevó a cabo la asociación AEORMA, primera asociación ecologista que hubo en nuestro país, de la que fui fundador, y que desarrolló en solitario hasta el año 1978 esta temática.
Os dejo este enlace http://es.scribd.com/doc/86060444 , pinchando en el mismo podréis leer y/o descargar el pdf de esta parte del libro.
Espero vuestros comentarios al respecto, los podéis dejar en el blog en el apartado de comentarios, o enviarme vuestras opiniones por email a c.carrasco-munoz@hotmail.com.

Un saludo.

Carlos Carrasco-Muñoz.

miércoles, 14 de marzo de 2012

"Introducción a una Ecología Política" (1ª Parte )

Hoy os dejo en este enlace http://es.scribd.com/doc/85465686 donde podréis leer y descargar el pdf de la primera parte de este libro escrito por mí en 1977, cuya edición se agotó porque entiendo que plantea problemas muy de fondo para entender el significado político de todo lo que es la contaminación y la utilización irracional de los recursos naturales.
Cualquier comentario que queráis hacer al respecto lo podéis dejar en el blog en el apartado de comentarios, o enviarme vuestras opiniones por email a c.carrasco-munoz@hotmail.com.

Un saludo.

Carlos Carrasco-Muñoz.

lunes, 5 de marzo de 2012

Propuesta para la Introducción del Derecho Fundamental de la persona a su Medio Ambiente en la Declaración Universal de Derechos Humanos

Derecho Fundamental de la Persona a su Medioambiente


   El hombre, como el resto de organismos vivos vegetales y animales, es un sistema, esto es un conjunto de funciones interrelacionadas entre sí, algunas de las cuales -la respiratoria, la alimenticia, etc. Tienen un techo de variación muy bajo y dependen fundamentalmente del exterior, esto es del medio en el que está inmerso ese sistema.
   El medio es también por su parte un sistema que podemos representar muy gráficamente como una serie de ecuaciones diferenciales en el que las variables de cada una de ellas son función a su vez de las otras. Si por ejemplo aumenta el CO del aire la función respiratoria humana, -que está interdependiendo de una variable del sistema aéreo-, va a resultar modificada, lo que repercutirá en otra función, la circulatoria que es a su vez una función de la vida.
   Filosóficamente, toda esta cadena de concatenaciones e interdependencias se formuló diciendo que el hombre es el producto de su interrelación con el medio. Dicho de otra forma: un sistema sometido a un proceso dialéctico con su entorno, el cual lo va modificando siendo a su vez modificado por éste.
   Estos sistemas, tanto al que llamamos Hombre, como aquel otro más complejo que engloba a éste y que llamamos Medio, tienen una compleja red de servomecanismos que los hacen tender a perpetuarse. En ello radica su equilibrio. De tal manera que ante una variación del entorno se va a producir otra variación en el sistema individualizado para situar a este de nuevo en el equilibrio relativo que tenía con su entorno.

   Cuando la variación es tan brusca o importante que no se pueden acondicionar los sistemas que dependen de aquel que ha variado, se produce lo que denominamos catástrofe. Son esos centenares de miles de peces que no han podido adecuarse de repente a las nuevas substancias que traía su río, y son noticia de catástrofe ecológica.

   Resultado de una "catástrofe" de esta naturaleza somos nosotros  mismos y el resultado de otra pudiera ser nuestra desaparición.
   Ante nosotros tenemos cada día el testimonio de lo que fue una era anterior a la nuestra, donde la invasión de lo vegetal fue tan brutal que fijó hasta el 90% del carbono que estaba libre en la atmósfera, cambiando la composición atmosférica de la tierra, inhabitada, para convertirla en oxigenada, que es la que hoy permite la vida.
   El proceso contrario de "carbonatación" lo estamos realizando ya. Y no en una "era" de la historia de nuestro planeta que representa miles de millones de años, ni en una época de nuestra historia que abarque algunos miles de años. Lo estamos haciendo simplemente en unos años.
   Si la estadística es cierta, en menos de trescientos años habremos devuelto a la atmósfera la casi totalidad del carbono que la "revolución verde" pudo fijar, para hacer nuestra vida posible.
   Este carbono está ahora almacenado en los combustibles fósiles y es liberado, fundamentalmente, por los procesos de combustión interna (motores) y combustión externa (hornos, procesos fabriles, etc.).
   Este elemento que hemos tomado como ejemplo, el carbono, es una variable en muchas ecuaciones del sistema, de tal forma que cabe pensar que, ante una variación generalizada de las variables de muchas de sus ecuaciones, que son función de otras muchas y de ellas mismas se produzca un desequilibrio generalizado. La incógnita está en saber si los servomecanismos de regulación serán lo suficientemente ágiles como para conservar la tendencia al equilibrio, o por el contrario no lo serán, inaugurándose entonces, a través de una "catástrofe", un nuevo equilibrio, una nueva Biosfera donde el hombre no tenga lugar.

   La incógnita se sitúa aquí, en la capacidad de los mecanismos humanos de adaptación para el cambio. Se puede pensar que la combustión interna que representa el proceso respiratorio, el cual mantiene nuestro metabolismo, sea posible con otro elemento diferente al oxígeno, pero lo que no sabemos es el "tiempo" genético necesario para ello.
   Si el cambio es brusco, significa la muerte. Y la brusquedad habría que apreciarla comparativamente en términos de períodos de evolución.
    Así 2.500.000 años de evolución hasta el "homo tecnologicus", frente a los 200 años de "revolución industrial" en los que nos constan estas profundas variaciones.
    El hombre, como los demás organismos vivos, vegetales y animales, en tanto que conjunto de funciones interrelacionadas, -algunas de las cuales, la psíquica, la respiratoria, etc, tienen como ya hemos dicho un techo de variación muy estrecho y una gran importancia sobre el resto del conjunto-, dispone también de servomecanismos que le hacen tender al equilibrio. Estos servomecanismos son tanto biológicos como sociales.
    Nuestra impresión es que los servomecanismos sociales -uno de los cuales es este propio artículo-, no están actuando lo suficientemente rápido dentro de nuestro tiempo genético de adaptación por lo que queremos llamar la atención sobre ello.
 
  La Conferencia de Estocolmo, el Informe Brundlan, los 32 programas que Naciones Unidas mantienen abiertos sobre el Medio Ambiente, y los cientos de informes nacionales y/o internacionales que se han producido en este campo hasta la inauguración de la Conferencia de Río de Janeiro y el resultado de ella misma, han de hacernos advertir que, si bien no han sido un fracaso total, no han sido capaces de resolver los problemas planteados ya en 1972 y ni siquiera de evitar que aparecieran nuevos problemas desconocidos hace 20 años, como el agujero de la capa de ozono.

  Relatar, el estado lamentable de nuestro planeta y la ausencia de calidad de vida, no ya de los habitantes de los países más pobres sino de los cientos de millones de los habitantes de las ciudades de los países más ricos, sería seguir por el camino de la cínica connivencia de tratar de enseñar a quienes, teniendo una contrastada información de lo que acontece, siguen actuando en detrimento del ambiente y de la calidad de la vida de los ciudadanos del mundo, con el único objetivo de acumular más poder.
   La situación, según los Informes Nacionales de la mayoría de los países y de los programas internacionales, no es sostenible, y en el fondo de todos ellos y explícitamente en algunos informes de carácter internacional se habla ya decididamente de la necesidad de establecer una nueva ética de la vida sostenible e implantarla a nivel planetario.
   No hace falta recurrir a nuevos estudios ni al diseño de nuevos modelos, para comprender la perentoriedad en que nos encontramos frente al desafío de un cambio generalizado de la relación de la Sociedad y de los individuos con su Medio. Tampoco hace falta recurrir a más mecanismos dilatorios de preparación de informes o formación de comisiones o programas, para entender que la nueva ética de la relación del Individuo y la sociedad con su medio y con los recursos que lo sostienen, ha de venir basada en el derecho fundamental de la persona a un medio ambiente que sea capaz de potenciarlo como persona, así como el derecho que las generaciones futuras tienen a poder vivir, al menos, en las condiciones que lo hacen las actuales.
   Es evidente también que al igual que la persona, el propio Medio tiene unos derechos objetivos que, como la biodiversidad o el respeto por la integridad de los ciclos que están haciendo funcionar nuestra Biosfera, van más allá de los derechos estrictos de la persona, rebasando incluso los derechos del hombre como especie. Sin que el antropocentrismo hasta ahora dominante, pueda negar el hecho de que no solo a nuestra especie pertenece el planeta que habitamos.
   Las grandes conquistas sociales generalizadas han sido posibles gracias a pequeñas declaraciones fundamentales que, como la de los Derechos de la Persona formalizada a finales del siglo XVIII por la Revolución Francesa, han sido motor incansable de los logros en el reconocimiento de la dignidad de la persona, de su vida, de su derecho a la igualdad, etc.
   De igual forma, en nuestros días, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada y proclamada por la Resolución 217 A de la Asamblea de Naciones Unidas, el 10 de Diciembre de 1948, ha servido como irremplazable herramienta en las conquistas personales y sociales, habiendo sido recientemente tomadas como ética del nuevo orden mundial, y base incluso de acciones contundentes para su restablecimiento en aquellos países que a juicio de la Asamblea General de Naciones Unidas estaban siendo conculcadas.
   Parece lógico que se incardine también en este contexto la nueva ética que se demanda en la relación de los individuos y las sociedades con su medio ambiente, y en esa dirección queremos proponer la ampliación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en el sentido de incluir en la misma el derecho subjetivo de la persona a su medio y el derecho objetivo del medio a permanecer como marco de la vida de las distintas especies que nos acompañan y de la nuestra misma.

Derecho de la Persona a su entorno
   En lo que conocemos, nuestra historia, como especie, ha estado tan condicionada por el medio que ha sido posible establecer su evolución misma como constante adaptación a él, de tal forma que se ha llegado a definir a la persona como el resultado de la interacción del individuo con su medio.

   Por otro lado, las condiciones del medio en las que se ha desenvuelto el hombre tienen unas cualidades precisas, fuera de las cuales su vida no es, ni hubiese sido, posible. Por ello la variación de estas condiciones, cuya constancia tenemos ya de forma certera, intranquiliza por razones obvias de supervivencia a la comunidad internacional. Por decirlo más concretamente: tenemos pruebas de que los mecanismos de autodefensa de la especie humana se han puesto en funcionamiento, de ahí el imparable auge del ecologismo.
   Como decíamos antes queda la inquietante tarea de averiguar si esos mecanismos tienen la agilidad necesaria. Y como muestra proponemos la reflexión sobre lo conseguido en los 40 años que nos separan de la Conferencia de Estocolmo.

   La actividad internacional en la evaluación de los estándares de calidad de los distintos medios en relación con la salud humana nos está ya apuntando la relación que estos tienen con el derecho fundamental, por excelencia, de la persona que es su derecho a la misma vida.
   Por experiencia conocemos cómo un medio contaminado va desposeyendo silenciosamente a la persona de la primera premisa de su calidad de vida, que es sin duda la salud, por lo que ese será un nivel que habremos de establecer como límite de calidad de cualquier medio: su inocuidad para la salud de los individuos de su entorno.
   Sin que sea este sitio adecuado para llevar a cabo disquisiciones teóricas, hemos de convenir que el ser humano tiene unas estructuras intelectuales colectivas que le hacen tener su propio paisaje cultural, su folklore, su artesanía, su universo cromático o musical, su arquitectura, etc, a las cuales que tiene derecho colectivo y personal, así como a un paisaje natural que se incardina desde luego como telón de fondo de todo ello.
   La investigación y experiencia científica han dejado claramente expresadas en un variado campo del conocimiento, cómo la diversidad es riqueza y símbolo de vida. Por el contrario la homogeneización, la uniformidad, la simplificación lo es de ocaso, de esclerosis y de muerte.
   Es el mundo de las relaciones económicas el que más ha hecho modificar el hábitat de los hombres y su medio ambiente en los últimos tiempos, al tomar a los recursos naturales como vector de la plusvalía en vez de herramienta para satisfacer necesidades humanas.

   Un mercantilismo producto de sociedades sin vitalidad, ha invadido perversamente el mundo rico de tradiciones y de culturas populares hasta convertirlo todo en suburbio urbano.

   Creemos que es tiempo ya de comenzar a poner en tela de juicio el modelo económico exportado por las potencias occidentales que se basa en necesidades artificialmente creadas para drenar las pobres economías de los países con recursos naturales. El mismo modelo ha inmerso a los propios países occidentales en un economicismo de la vida, donde la estética ha sido desplazada por el precio de los objetos, y cuyo baremo de éxito social se ha derivado desde la cultura, el arte, o el conocimiento, hacia una zafia opulencia que necesita consumir desproporcionadamente para su afianzamiento.
   La emisión de contaminantes a los medios atmosféricos y acuáticos está amenazando silenciosamente la salud de las personas, mientras provoca cambios climáticos y destruye o modifica la capa de ozono con los riesgos de cánceres generalizados que todo el mundo conoce.
   La estabilidad psíquica de los habitantes de nuestras ciudades, planificadas desde el punto de vista de las plusvalías del suelo en vez de serlo desde la base del crecimiento y desarrollo armónico de la persona, está siendo amenazada constantemente por agresiones externas de ruidos, imágenes o estímulos luminosos, que fuera de cualquier control voluntario de la persona, sobreactivan su sistema psíquico, produciendo el conocido stress, base de sufrimiento de la persona y que afectará a finales de siglo a más del 60% de la población mundial que para entonces ya será urbana.

 

El derecho objetivo de la Biosfera

   En este navegante solitario, como se ha calificado a nuestro Planeta, no estamos solos.
   De este navegante solitario no entendemos todo, pero fundamentalmente no se nos alcanza a comprender el papel que el Hombre está representando aquí.
   El resto de las especies que nos acompañan es evidente que tienen su derecho objetivo a la existencia. Pero además no estamos en situación de afirmar cual va a ser el papel que dichas especies están tomando en el desarrollo de la vida ni si ese papel tendrá alguna relevancia para la vida del hombre en el futuro.

   Haciendo un más que necesario ejercicio de modestia, hemos de convenir que la diversidad genética, cuya importancia no nos es bien conocida, debe de obedecer a exigencias telúricas no conocidas aún, pero cuya función es o será necesaria en la Biosfera.

   La Vida permanece en función de que sus elementos fundamentales se renuevan constantemente en la Biosfera a través de unos fenómenos cíclicos que se dan para cada uno de sus elementos. Esta función cíclica o de reciclaje de los elementos vitales tiene una mecánica cuyas reglas no pueden ser variadas, y deben seguir sustentando el sistema de la vida sin sufrir disfunciones provocadas por el hombre.

   Estos derechos objetivos de la Biosfera son en el fondo derechos subjetivos del hombre, ya que sin ellos la especie humana no subsistiría.

Las Naciones Unidas y los Derechos Humanos


   La Carta de la Organización de las Naciones Unidas hace referencia a la protección de los derechos humanos e incluso a una promoción internacional de los mismos. En su preámbulo, esta Carta proclama que los pueblos de las Naciones Unidas están resueltos a reafirmar la fe en los derechos fundamentales del Hombre. El art. 1º, apartado 3, señala entre los fines de la Organización "realizar la cooperación internacional ... en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos ...". En el art. 55 c se prevé "la promoción por la Organización del respeto universal de los derechos humanos" y en el art. 56 se estipula que "todos los miembros se comprometen a tomar medidas conjunta o separadamente en cooperación con la Organización para la realización de los propósitos consignados en el artículo 55.
   El art. 13 dice que la Asamblea General "hará recomendaciones para ayudar a hacer efectivos los derechos humanos".
  También el Consejo Económico y Social, según el art. 62, "podrá hacer recomendaciones con el objeto de promover el respeto a los derechos humanos..." y según el art. 68 también "establecerá comisiones de orden económico y social para la promoción de los derechos humanos".
  He aquí un mecanismo mundial que podría vehiculizar, con la agilidad que se necesita, la puesta en marcha de esos servomecanismos sociales cuya efectividad por los caminos tradicionales, podría ser nula.
  Por ello creemos que debemos de trabajar en la consecución de una modificación de la Declaración en el sentido que tome como resolución propia presentar ante la Asamblea General de Naciones Unidas la propuesta de introducción de la addenda que a continuación formulamos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos para que su aprobación sea sometida a votación, previas las formalidades que hacen al caso.
  De esta forma la Asamblea General podría recomendar a los gobiernos la introducción en sus Constituciones del Derecho Fundamental de la Persona a su Medio Ambiente, dentro de la tercera generación de los derechos humanos y como homenaje a la primera formulación constitucional de estos derechos llevada a cabo por la primera Constitución de la República Francesa en 1793.

Addenda

     1. El Medio donde se desarrolla la Vida es patrimonio de toda la Humanidad. Nadie tiene la facultad de cambiar sus ciclos, de hacer desaparecer especies vegetales ni animales, de introducir agentes extraños que la modifiquen, ni de extinguir sus recursos.
     2. La persona tiene el derecho fundamental de disfrutar de un Medio Ambiente que no altere ni interfiera en el normal desarrollo de sus funciones vitales, y que genere el más alto grado obtenible de bienestar, favoreciendo el desarrollo armónico de la persona.
                                                  .........................................


Querido lector/a de mi Blog, me gustaría llevar a cabo un proceso de recogida de firmas para la introducción de esta Addenda en la Declaración Universal de los Derechos Humanos como un nuevo derecho fundamental, a través de Internet puesto que es un medio que nos posibilita la rápida comunicación con personas de diferentes ciudades y países. Por ello, espero vuestra colaboración, tanto escribiendo un comentario con vuestra opinión en este Blog, como enviándome a mi correo personal c.carrasco-munoz@hotmail.com un email con vuestros datos personales para poder realizar un documento de firmas. También podéis escribirme para dar vuestra idea personal sobre cómo llevaríais a cabo este asunto. Muchas gracias a tod@s.



jueves, 1 de marzo de 2012

Orígenes del Movimiento Ecologista en España

"Ponencia leída en las Jornadas sobre el medio ambiente del Consejo General del Poder Judicial celebradas en Segovia, el 29 y 30 de septiembre de 1988."

Mi primer acercamiento al mundo del medio ambiente fue netamente sociológico. Consistió simplemente en una visita que hice al padre Giménez de Parga en Palomeras, un barrio de Madrid que entonces era un <<bidón-ville>> donde llegaban extremeños y andaluces y cuyo olor a miseria me impregnó el alma para siempre.

En aquellos días de la mita de la década de los sesenta, en plena euforia del desarrollo turístico y en plena leva forzosa de las gentes del campo hacia los grandes centros de consumo, cambié mi fulgurante despacho a la americana por algo que en sí fue más político que la política: el cuidado del entorno, la denuncia de cómo eran obligados a vivir fuera de sus condiciones naturales millares de personas y el riesgo que ello conlleva de que sucediera justamente lo que ha sucedido: la ruina de la dignidad humana de aquellas personas y la delincuencia masiva a que eran inexorablemente empujados los desposeídos de todo ante el impacto de lo que entonces se llamaba la publicidad exterior. Los grandes carteles con magníficas señoras  que abrían magníficos frigoríficos, partían exquisitas tartas, se apoyaban en formidables automóviles y viajaban en dos piezas hasta paraísos hawaianos.

Todo aquello adobado con unas casas, cuyos poseedores eran entonces los menos, donde un estornudo del vecino te volará el mantelito de la camilla y en las que los actos más íntimos eran sonoramente propagados en todas las direcciones del inmueble. Amén por supuesto de la inexistencia de zonas libres que no fueran otra cosa que vertederos, y aún así escasas.

Mi primer artículo, editado en la revista Índice, de la que yo era Secretario del Consejo y Presidente lo era Antonio Hernández Gil, y que tuvo que  ser limado en todos los sentidos, trataba justamente de este tema, cuando todos hablaban de otros temas como el contraste de pareceres dentro del Régimen o la revolución pendiente en los cenáculos. Eran tiempos duros para el asociacionismo, por lo que me costó años convencer a algún amigo de la necesidad de trabajar en este sentido asociados. Finalmente en 1970, y bien protegido con nombres que decían mucho en el estatus de la dictadura, formé la Asociación Española para la Ordenación del Medioambiente (AEORMA), que finalmente fue aprobada por el Ministerio de la Gobernación con la mediación de mi amigo Nicolás Franco, y en la que estaban personas como Faustino Cordón, Antonio Colodrón, Ramón Tamames, José Luis Aranguren, Vidal Beneyto, Javier Castroviejo, y a la que luego se sumarían muchas otras personas que nos han seguido, del movimiento ecologista en España.

La génesis remota de los movimientos ecologistas hemos de buscarla no tanto en las sociedades humanitarias de protección de los animales domésticos, como en el movimiento internacional que en la última mitad del pasado siglo se produce como consecuencia de las masivas eliminaciones de espacios naturales que tuviesen lugar en Norteamérica, donde como reacción a la eliminación de búfalos e indios se crea en 1887 el primer parque nacional del mundo en el Yellowstone.

En España, que ya andaba algo atrasada, ese movimiento llega en la primera década de nuestro siglo de la mano del marqués de Villaviciosa, a cuya tenacidad y cuna se debió que felizmente se crease el Parque Nacional de Covadonga en 1917, el de Ordesa en 1918. desde entonces nada se ha hecho con la excepción del artículo 45 de la Constitución Republicana de 1931, que se preocupó por las bellezas naturales y que dio origen a la creación de la Comisaría de Parques Nacionales, que durante tres años tuvo un normal funcionamiento, creándose una serie de Sitios Naturales de Interés Nacional, como el Pico y Lagunas de Peñalara, el Pinar de Acebeda en Valsaín, el Torcal de Antequera, la Ciudad Encantada de Cuenca, etc.

Todo ello fue relegado por la necesidad imperiosa de sacar adelante una economía nacional que había sido arruinada por la insurrección del General Franco y la guerra subsiguientes, que fue seguida de la Segunda Guerra Mundial y luego del cerco internacional con la carestía generalizada de todo, lo que llevó a las clases más populares, que entonces habitaban mayoritariamente en el campo, a llevar hasta sus últimas consecuencias la actitud depredadora del hombre tanto en el terreno de la leña y madera como en el de la piel y la carne.

Fueron tiempos duros para la nuestra naturaleza que incidieron de una forma rotunda en la mentalidad de muchos y que dejó como secuela una normativa de exterminio para las <<alimañas>>, que era por otro lado lo único que quedaba indemne de la voracidad popular. Este estado de cosas determinó en mi generación una sensación de orfandad natural de tal magnitud que nos predispuso seguramente para comenzar a preguntarnos, cuando ya éramos adultos, sobre lo que había pasado con nuestros socios de hábitat.

No obstante, en los años sesenta se salía aún poco al campo, el automóvil era aún un privilegio y las clases medias urbanas tenían que permanecer aún los fines de semana en la ciudad, ciudad a la que habían sido en su mayoría empujados desde la necesidad de las áreas rurales, y en la que una feroz especulación y una indecorosa manera de hacerse rico habían llevado a vivir en condiciones realmente lamentables.

AEORMA se definió desde un principio por la problemática del hombre, por su medio, que definimos en los estatutos <<como compendio de valores naturales, culturales, histórico-artísticos, sociales y estéticos que forman el entrono del hombre>>.

Existía ya una asociación faunística, creada dos años antes, ADENA, y que tenía en su Consejo a lo mejor del franquismo, y que estaba concebida como una institución  donde el dinero corría con una cierta soltura, se dedicaba Rodríguez de la Fuente a vender campañas publicitarias a Kodak y Coca-Cola y era más un negocio de publicidad que una asociación de defensa de la fauna. La polaridad quedó en seguida establecida y la popularidad de AEORMA entre los naturalistas –que son en su mayoría gente de mucho orden- fue apabullante desde que decidimos hacer la primera acción directa en contra de los depredadores de especies de extinción como lo era el urogallo que habitaba en los Ancares, al que habíamos  estudiado y para el que pedimos tanto ala Dirección General de Montes como a los cazadores que habían sido agraciados en el <<sorteo>> que se abstuviesen de cazar aquellos bichos de los que quedaban muy pocos, y que era una subespecie propia de aquellos montes cántabros. Ante la negativa pasamos a la acción y fuimos a espantar la caza al primer cazador, que coincidió que era el Ministro de Turismo, señor Fraga, con el consiguiente escándalo y persecución nocturna. El diario Informaciones sacó una deliciosa historieta en viñetas hechas por Luis Carandell que comenzaba diciendo: A Fraga un vasallo le ha espantado el urogallo.

Ahí comenzó un estilo de reivindicación absolutamente inusual y bien visto, que agradó a la gente. Hoy el urogallo de la Cordillera Cantábrica está protegido y ha medrado con éxito.

Pero como ya he dicho, no era la especialización de la naturaleza lo que más nos llamó la atención, sino el ambiente urbano. Hicimos caer en la cuenta a los medios de comunicación de lo que luego se conoció como la boina negra que había por las mañanas en nuestras ciudades, y comenzamos a hacer seminarios sobre los trastornos psíquicos debidos a los ruidos ambientales y a la escasa calidad de las viviendas, que no proporcionaban la sensación de territorialidad necesaria para el individuo en su propia casa. Hicimos, con la con la colaboración del diario Madrid y después del Informaciones, una sistemática campaña de prensa que caló muy rápido porque a esta corriente vino a sumarse la iniciativa de Naciones Unidas de convocar en septiembre de 1972 la Conferencia Mundial sobre el Medio Ambiente. En Estocolmo.

En esta primera época AEORMA era el ecologismo en España. La Asociación se extendió por toda España rápidamente y su incesante actividad le llevó a tener un peso en la opinión pública de tal categoría que se convirtió en peso político.

A partir de ahí comenzaron los intentos de asalto desde todos los frentes. Unos para deshacerla, otros para quedarse con ella. A iniciativa mía el Consejo de la Asociación dio entrada en el mismo a representantes de partidos democráticos en la clandestinidad y en virtud de ello llegan hasta AEORMA y hasta el medio ambiente personas como Pablo Castellanos, José María Gil Robles, Donato Fuejo, Armando López Salinas, Enrique Barón y otros que luego han conservado siempre esa sensibilidad. Con esta inclusión de las organizaciones llega la calma interior y nos dedicamos a trabajar, proponiendo un imprescindible trabajo sobre <<Ley General de Conservación de la Naturaleza>> (1973), que hubiese sido un antecedente muy estimable si este país hubiera sido algo más sensible. El proyecto está aún en el ICONA.

Fundamentalmente comenzamos a hacer un trabajo jurídico importante, o al menos así nos parecía a nosotros, que era discutir estos temas como derechos. Así comenzamos paralelamente estudios técnicos de efectos sobre la salud en las personas producidos por contaminantes, actividades en que se desarrollaban y posibilidad de denuncia de las mismas; al tiempo que reclamábamos la promulgación de una legislación adecuada e inexistente. Pero no por ello dejábamos de promover acciones judiciales contra el Presidente del Gobierno almirante Carrero Blanco, por supuestos delitos de omisión en relación con la salud pública.

En el auto de inadmisión de esta querella se recogían algunos razonamientos tan contundentes como <<que a la Fiscalía de este Alto Tribunal no compete investigar la legalidad o ilegalidad de los actos del Gobierno>>. Esto lo decía Herrero Tejedor, me imagino que con un cierto sonrojo, pero lo decía por primera vez y nosotros le prestábamos nuestra caja de resonancia con lo que ya de una forma pública íbamos haciendo una presión real sobre el ejecutivo que entonces era omnicomprensivo.

Por supuesto que en este período la ecología y la política se mezclaban para luchar contra la dictadura, así como la dictadura mezclaba la política y la economía familiar. Manía ésta que no se ha perdido del todo aunque ya no exista la dictadura.

Las campañas de prensa de AEORMA y su actividad en toda la geografía nacional habían tenido como efecto que otras personas comenzasen tímidamente a crear asociaciones como ANA (Amigos de la Naturaleza Asturiana), ADEGA (Asociación de Defensa Ecológica de Galicia) y ANAN en Navarra. Estas asociaciones seguían siendo de corte netamente naturalista.

Pero el tirón importante para la Asociación y donde se veía de forma clara que existía una razón inquietante para las poblaciones afectadas fue la lucha antinuclear que AEORMA había sacado a la palestra en el verano de 1972 en San Sebastián, donde se organizó un debate abierto sobre el proyecto de implantación de una central nuclear en Deva. A partir de aquel momento comenzamos movilizaciones en todos los puntos donde la dictadura intentaba hacer su gran negocio prácticamente sola y se instrumentaron unos comités locales que adolecieron en general de rigor y que en la mayoría de los casos fueron pastos de demagogos que desvirtuaron nuestra propuesta de análisis de la oposición antinuclear. No obstante AEORMA siguió haciendo sus análisis y finalmente yo fui detenido en León, cuando íbamos a celebrar una mesa redonda con 40 alcaldes de la Comarca del Páramo, para explicar el impacto de la central de Valencia de Don Juan.

Fue en León –después de cinco días de detención me pusieron en libertad con 100.000 pesetas de multa- donde nos enfrentamos ideológicamente con el movimiento obrero, que pretendía recabar para sí también el consumismo.

En AEORMA nos habíamos preocupado preferentemente del sentido de lo que estábamos haciendo y ello conllevaba una carga de ideología asumida desde postulados científicos. Sabíamos que la sobreexplotación de un sistema no es buena y sabíamos que los sistemas mercantilistas que se basan en la producción de mercancías como unidades de cambio sobre las que se produce un valor añadido caprichoso que es la plusvalía, terminan sobreexplotando el sistema, y nos oponíamos por tanto al consumo desde la práctica diaria, si bien en los últimos años ayudados también desde el Gobierno. Pero eso no pasaba con los sindicalistas leoneses, que eran burgueses emergentes, y cuya apetencia final era la dictada por la publicidad: el consumo, cayese quien cayese, porque lo que sí tenía el obrero, como el burgués medio, era la clara convicción de que el medio sería de alguien pero no suyo. <<Cuando un monte se quema, algo suyo se quema, señor conde>>, había dicho Mingote desde el ABC.

Por ello nuestras campañas de prensa –teníamos un suplemento semanal en el Informaciones de Madrid- se dirigían a concienciar socialmente sobre la propiedad indiscutible del medio por parte de la población.

En este orden de cosas planteamos un interdicto contra el Ayuntamiento de Madrid porque al cortar los árboles del Paseo de la Virgen del Puerto en Madrid dejaba sin posibilidad de hábitat a la avifauna que defendía a los vecinos de los mosquitos del infecto río Manzanares y los dejaba además sin sombra. De este interdicto recuerdo dos cosas. Una fue que el Juez no sabía bien si la <<avifauna>> era verdad o una tomadura de pelo, y nos obligó a explicar qué era eso. La otra fue que los vecinos, en su gran mayoría militares vestidos de uniforme que asistieron al juicio, se hicieron de AEORMA, con lo que demostramos a nuestros consorcios los partidos democráticos un camino para implantarse en la vida cotidiana.

Otro proceso de mucho interés fue el que presentamos contra el Alcalde de Madrid García Lomas, como responsable final de un delito de imprudencia temeraria al haber autorizado, contraviniendo el Reglamento de Industrias Molestas, la construcción a cincuenta metros de una fábrica insalubre de recuperación de plomo de una colonia de empleados de Butano, donde la población infantil fue dramáticamente afectada por una plumbitis que les provocó una anemia y un tremendo desequilibrio nervioso: el Baile de San Vito. La Fiscalía de la Sala Segunda del Tribunal Supremo se opuso al trámite por:

<<La única inconcreta referencia que en la querella se hace a la posible intervención causal –autorización o licencia de construcción de viviendas en la zona inmediata a la industria citada- no puede ser suficiente para determinar tal pretendida responsabilidad…, ya que por el principio de confianza (¡sic!) no cabe esperar el incumplimiento por parte de las industrias instaladas en la zona de las normas de seguridad y salubridad reglamentarias, incumpliendo que, de otro lado, sería siempre la causa primaria y determinante del daño culposo. Tratar de fundamentar una responsabilidad en aquella licencia de obras sería igual que pretender hacer responsable del atropello de un escolar a quien hubiera autorizado la construcción de una escuela al lado de una carretera.>>

Esto se decía en mayo de 1975 y contrasta con el informe de la Fiscalía de Huelva que pocos años después, en la transición, revolucionó la vida política nacional al denunciar el estado de la cuestión de la contaminación atmosférica en Huelva.

En el año 1974 la Junta General de AEORMA se llevó a cabo en Benidorm, saliendo de allí al mismo tiempo lo que se conoce como manifiesto de Benidorm, de gran interés y que entre otras cosas reclamaba cuatro principios básicos que deberían regir una política ambiental inexistente. Estos eran:

-         La actividad industrial ha de estar presidida siempre por el servicio a la comunidad y no por la obtención de lucro a costa del expolio de nuestros recursos naturales y la destrucción del medio ambiente.

-         El Estado está obligado a inventariar exhaustivamente los recursos naturales de la nación y a planear estricta y racionalmente su utilización.

-         Deben de establecerse índices de calidad en función del sano desarrollo de la vida del hombre.

-         Se asegurarán, mediante el planeamiento físico, las condiciones objetivas ambientales idóneas para el desarrollo integral de la persona y para el descanso y estabilidad psíquica de la población, sistemáticamente agredida en este momento.

En 1975 la Junta de la Asociación fue en Coruña y allí se redactó un manifiesto más importante aún, desde el punto de vista ecológico. En él se pedía al Gobierno de la nación:

a)      El estudio del impacto ambiental
<<No se nos informa previa y claramente de los proyectos que, de una u otra forma, van a afectar negativamente a las zonas en las que vivimos y de las que obtenemos nuestros medios de vida.>>

b)     El delito ecológico
<<No existe una ley para que a los que expolian los recursos naturales y contaminan y degradan el medio ambiente se les pueda exigir responsabilidades pecuniarias o penales por el atentado directo a la salud pública y al entorno.>>

c)      Un nuevo norte social
<<El desarrollo sólo es cuantificable en términos de bienestar personal, generalizado en todas las áreas geográficas del país.>>

Así como los dos anteriores han llegado más o menos, este último se ha distanciado mucho en la expectativa de que sea recogido por las fuerzas sociales que detentan el poder del cambio social.

Todavía se iniciaron muchas más acciones judiciales; creo que en la última en que intervine como Secretario General de AEORMA fue en 1977 en Guadalajara, debido a la muerte supuestamente por irradiación total de un obrero de la central nuclear de Zorita de los Canes. De Juez de Instancia estaba allí Clemente Auger, al que creo que le consta la imposibilidad probatoria, cuando el perito obligado, la JEN, es al mismo tiempo parte interesada en demostrar que la energía nuclear no mata.

Es en estas fechas, incluso ya en 1976, cuando se debe firmar un pacto excusado entre las fuerzas políticas para desmantelar el movimiento ciudadano, el cual quedó desarbolado. AEORMA, consciente de su peso en la opinión, prefirió dar prioridad a la transición política y silenció voluntariamente su voz.

Es aquí donde comienza la segunda etapa que yo aprecio en el movimiento ecologista y en la cual hay que tener en cuenta, por una parte, que algunas fuerzas políticas definitivamente desplazadas del arco parlamentario invaden el campo de la ecología, que se había mostrado útil para las movilizaciones. Al mismo tiempo, líderes expectantes de partidos clandestinos que se ven desplazados llegan también personalmente a este movimiento. Y en segundo lugar, y esto es lo que más se ha perjudicado, los profesionales sin éxito del periodismo, de la geografía, la biología y cuerpos profesionales como los ingenieros de caminos, los arquitectos y los ingenieros de montes, invaden este movimiento con siglas que se multiplican por centenares en un intento de llevar a su parcela la mayor parte posible del presupuesto nacional, en el caso de los colectivos, o de conseguir algún trabajo en el campo de los profesionales.

El matiz lo da quienes patrocinan los intentos de aglutinar a todos los ecologistas. Se hace en septiembre de 1977 Cercedilla después de haber intentado sin éxito secuestrar AEORMA, y lo patrocina el ICONA, que cede la finca e instalaciones que regenta en el monta de Cercedilla y el dinero lo proporciona el Colegio de Ingenieros de Caminos de Madrid. Allí se lleva a cabo el intento de reaglutinar bajo un mando único a casi medio centenar de siglas aparecidas en pocos meses.

Asisten fundamentalmente biólogos, geógrafos y otros profesionales ligados a este sector de los estudios y de la Administración y que constituirán siglas como AEODEN, ADELPHA, ALBE, Asociación Española de Geografía, compuestas fundamentalmente de profesionales liberales, que crearán una distorsión importante en el movimiento del medio ambiente urbano, mirando constantemente al campo lejano de Gredos o a la ballena boreal. Actitud que políticamente quiere decir mucho.

Quienes venían de las organizaciones políticas se quedan, por así decirlo, con todo lo antinuclear, que moviliza masas, y eso lo hace fundamentalmente el Movimiento Comunista (MC) y gente descolgada de partidos comunistas. También existían anteriormente en todos estos movimientos de masas unos individuos que más tarde se les conocería como <<pasotas>>, que se caracterizaban por ser un museo andante de la pegatina y que, como no se sabía dónde meterlos, comenzaron a llamarles libertarios, siendo ahora los conocidos litroneros, que aportaron a este movimiento antinuclear una serie de <<antis>> de todo tipo que desprestigió en buena medida a este sector.

Así quedaría escindido el movimiento ecologista en tres grandes núcleos: los antinucleares, que engloban a pacifistas y antimilitaristas; los naturalistas, que se corresponderían con la gran mayoría de siglas; y una minoría desorganizada de ambientalistas urbanos.

El movimiento ecologistas intenta organizarse en repetidas ocasiones: Valsaín, Cercedilla y Daimiel, fracasando una tras otra. Los autores del libro Para una historia del movimiento ecologista en España –muy parcial- nos dicen que <<la continua dinámica de creación y extinción de grupos se ha mantenido como una constante del movimiento, lo cual permite una gran agilidad de respuesta ante problemas concretos, al tiempo que evitan problemas de fosilización evidentes en las formas más clásicas de organización>>.

Este movimiento es activo en los años que van desde 1978 hasta 1982-83, en que los socialistas, que de alguna manera se habían incorporado a él, ganan las elecciones generales. Todos los colectivos esperan al principio grandes cambios en la política ambiental del Gobierno, que tiene la habilidad de desviar la atención hacia dos temas internacionales: la ballena y el vertido de residuos en las fosas atlánticas de relativa cercanía a Galicia, en lo que es apoyado por todos los grupos antinucleares y naturalistas.

Sin embargo, el medio ambiente interior, esto es el nacional y sobre todo el urbano, entra en una época de dejación importante. El retraso que teníamos en la legislación sigue existiendo. No se ha promulgado la Ley General del Medio Ambiente y solamente seis años después de estar en el poder se ha presentado una Ley General de Protección de la Naturaleza, cuyo borrador deja muchísimo que desear.

Hay no obstante una innovación que se introduce en nuestro Derecho positivo además del artículo 45 de la Constitución, y es en 1983 el llamado delito ecológico del artículo 317 bis del Código Penal, que tiene varias pegas y una fundamental, que es condicionar el delito a la infracción de una ley o reglamento protectores del medio ambiente. Y resulta que no existen leyes o reglamentos suficientes y, sobre todo, que los que existen tienen una complicación tal a efectos de prueba que, salvo la buena disposición del Tribunal, hace prácticamente inaplicable esta legislación, reclamada ya por el movimiento ecologista desde el año 1975 y cuya necesidad puso de manifiesto el Informe de la Fiscalía de Huelva que denunció la situación del medio atmosférico en aquella capital, y que aún hoy en día sigue igual.

No obstante, la norma ha servido para algunas acciones de importancia como en el caso de la central termoeléctrica de Verga, sentenciada por la Sección de Tercera de la Audiencia de Barcelona a una importante pena, y que tiene importancia entre otras cosas por ser la primera de una cierta envergadura.

La entrada de España en la Comunidad Europea ha supuesto, entre otras cosas, la obligatoriedad de internalizar en el Derecho español una serie de reglamentos de obligado cumplimiento, cuya enumeración tendremos oportunidad de conocer en estas Jornadas. De esta obligatoriedad se pueden plantear cuestiones de interés tanto para su directa aplicación como, por supuesto, para ser soporte del delito ecológico y que sin duda darán una nueva vida a este movimiento ecologista, muy languidecido actualmente por las subvenciones, pero que ha sido el protagonista de formar una opinión ecológica en el país y exigir de los poderes públicos una serie de medidas y actitudes, que si bien tardíamente, han llegado a ser Derecho positivo, aunque quede aún mucho camino por andar, camino que, por otro lado, reclama la colaboración activa y la mejor comprensión de un colectivo como el que asiste a estas Jornadas, al que, como el resto de la sociedad, le corresponde también el derecho a respirar limpio y de disfrutar la naturaleza, y el deber, como al resto de la sociedad, de poder dejar a las generaciones futuras al menos lo que hemos recibido de la anterior.

jueves, 23 de febrero de 2012

Carlos Carrasco-Muñoz de Vera - Pionero de la Ecología en España

D. CARLOS CARRASCO-MUÑOZ DE VERA

CURRICULUM VITAE
  • Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid 1963.
  • Varios cursos en la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid.
  • Abogado en ejercicio de los Colegios de Madrid, Segovia y Guadalajara desde 1964.
  • Especialista en Régimen Jurídico de Recursos Naturales. Universidad de la Plata. Argentina 1970. Fundador y Secretario General de la Asociación Española para la Ordenación del Medio Ambiente AEORMA. 1970-77.
  • Contratado en la Comisión interministerial del Medio Ambiente (CIMA) 1971.
  • Vocal del Consejo de Dirección del ICONA 1972-78 (Instituto para la  Conservación de la Naturaleza).
  • Director de diversos Seminarios sobre planificación del Medio Físico.
  • Profesor de Planeamiento Ambiental en el Instituto de Estudios de la Administración Local (IEAL) 1973-75.
  • PREMIO OSBORNE 1974 de Conservación de la Naturaleza.
  • Fundador y Secretario General del Instituto Regional Castellano - Leonés. 1976/78.
  • Delegado Provincial de Medio Ambiente de Madrid 1978-80.
  • Asesor permanente del Consejo General de Castilla - León. 1980-83.
  • Presidente de la Asociación (ZAM) Sierra de Segovia 1986.
  • Concejal del Ayuntamiento de TORRELODONES. 1.995-1999.
  • Director Técnico y Consejero Delegado de Ecoplan S.A. desde 1973.

DIRECTOR DE LOS SIGUIENTES TRABAJOS REALIZADOS POR ECOPLAN
Trabajos de INVESTIGACION:

  • Metodología para la elaboración de una legislación básica del Paisaje. Borrador de la Ley General del Paisaje. (ICONA 1972).
  • Modelos teóricos de planificación del medio físico.
  • Metodología para un planeamiento integrado.
  • Borrador de una ley General del Medio Ambiente (1982).
  • Estudio teórico sobre programas y modelos de planificación física (investigación propia).
  • Modelo para un planeamiento integrado (Programa de minimización de impactos ambientales).
Trabajos de PLANEAMIENTO AMBIENTAL:

1973. Planeamiento Ambiental en Ibiza y Formentera (Macizo de Falco Corbmarí-Salina) Salinera Española.
1973. Planeamiento Ambiental de la Costa d'en Blanes (Mallorca). Salinera Española.
1974. Planeamiento del Campo de Gibraltar. Ministerio de la Vivienda.
1973. Planeamiento Ambiental de la Costa del Sol para el proyecto "Planeamiento de la Costa del Sol" .Valderrábano. Comunidad de Propietarios de la Costa del Sol.
1974. Planeamiento Ambiental del Término Municipal de Castilleja de Guzmán (Sevilla) Ayuntamiento.
1975. "Análisis Ambiental de la Provincia de Pontevedra" para el estudio realizado por METRA/SEIS sobre "Diseño de una estrategia para la protección del Medio Ambiente en la Provincia de Pontevedra".
1976. "Planeamiento Ambiental del término municipal de Navalcarnero (Madrid)", para el Plan General de Ordenación de dicho municipio realizado por Angel Orbe Cano. 1976. Análisis Ambiental de "EL ALQUIAN" (Almería)
1977. "Plan Especial de Ordenación del Coto de Doñana  y su área de influencia". Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España.
1977. Análisis costes-beneficios del proyecto "Plan de Riegos del Esgueva". Diputación de Burgos. 1980. Planeamiento Físico del Plan Comarcal del Area Sur de la Bahía de Santander.
1980. Planeamiento del Medio Físico del Plan General de Almería.
1980. Capacidad de carga del Medio Atmosférico en el Area Metropolitana de Madrid. COPLACO. 1980. Coordinador, en funciones de Director, del Estudio de Reconocimiento territorial de Castilla-León.
1980. Medidas correctoras de planificación urbana en el área de Madrid, en relación con la contaminación ambiental, COPLACO.
1981. Inventario de Emisiones de Fuentes de Contaminación Atmosférica. Ayuntamiento de Madrid.
1982. Utilización de los Parques del Retiro, Casa de Campo y Parque del Capricho. Ayuntamiento de Madrid.
1982. Capacidad de Carga del Medio Atmosférico de Madrid. Ayuntamiento de Madrid.
1982. Disminución de emisiones a la atmósfera por mejora de aislamientos. Ayuntamiento de Madrid.
1982. Inventario de recursos turísticos de la provincia de Madrid. Diputación de Madrid.
1983. Experiencias Similares. Plan Saneamiento Medio Atmosférico de Madrid. Ayuntamiento de Madrid.
1983. Sustitución de las actuales fuentes energéticas de calefacción. Ayuntamiento de Madrid,
1983. Jornadas de Protección del Medio Atmosférico de Madrid. Ayuntamiento de Madrid.
1984. Los Cementerios de Madrid. Plan de actuación. Ayuntamiento de Madrid.
1985. Estudio de oposición a la Presa de Navalrincón. Ayuntamiento de Revenga(Segovia).
1988. Diagnóstico Inicial de la Contaminación Atmosférica en Castilla-León. Junta de Castilla-León.
1989-90. Director de diversos Seminarios sobre Derecho Ambiental aplicado.
1990. Estudio para la declaración de Candelario como Espacio Natural protegido. Junta de Castilla y León. Estudio para la declaración de) Valle del Río Riaza como Espacio Natural Protegido. Junta de Castilla y León.
1994. Ecoauditoria de TAMASA. Segovia
1995. Ecoauditoria de PROINSERGA. Segovia
1996. Sistema de ECOGESTION para PROINSERGA
1997. Estudio de Impacto Ambiental de distintas alternativas sobre el barrio de Perales del Río . Ayuntamiento de Getafe.

 
PUBLICACIONES:

En torno al concepto de Planificación Física (Ciudad y Territorio, IEAL 1974)
EL PARQUE NACIONAL DE ORDESA. ICONA 1974.
EL PARQUE NACIONAL DE AIGUES TORTES Y LAGO SAN MAURICIO. Ed. Everest-1974.
GUIA DE LA NATURALEZA DE GALICIA. Ed. Everest-1976.
THE NATIONAL PARKS IN SPAIN. Biological Conservation, Londres 1977.
INTRODUCCION A UNA ECOLOGIA POLITICA. Ed. de la Torre 1977.
LA ALTERNATIVA DE CASTILLA-LEON. Ed. de la Torre-1 978.
EL PARQUE NACIONAL DE DOÑANA. Ed. Everest-1980. GUIA DE LA NATURALEZA DE CATALUÑA. Ed. Everest-1980. GUIA DE LOS JARDINES DEL RETIRO, Ayuntamiento de Madrid-1983.
GUIA DE LA CASA DE CAMPO, Ayuntamiento de Madrid-1 983.
VIAJAR POR LA NATURALEZA DE ESPAÑA. CANTABRIA. Ed. Poniente Madrid-1983.
LA GESTION DEL MEDIO AMBIENTE (2 VOL.). Ed. Ecoplan . Segovia-1984.
GUIA DE LA NATURALEZA DE LA CORNISA CANTABRICA. Ed. Everest-1985.
LOS CEMENTERIOS DE MADRID, Ayuntamiento de Madrid 1985.
GUIA DE LA NATURALEZA DE CASTILLA-LEON. Ed. Everest 1985.
VALLADOLID Y SU PROVINCIA. Diputación de Valladolid (en prensa).
REVOLUCIONAR CASTILLA-LEON. Ed. de la Torre-1989
MEDIO AMBIENTE. Colección SISTEMAS. Edi. LA LEY. 5 Volúmenes 1992 ECOGESTION PARA EMPRESAS. CD.Rom. 1997. Edit. La LEY
REQUISITOS LEGALES DEL SGMA. CD Rom Ecoplan.Madrid Marzo de 2000.